Me llamo M. C. S., natural de Ibiza. Me marché de la isla con 18 años para consagrarme a Dios en un carmelo descalzo en la península. Era una vida en la que inicialmente se alternaba oración, trabajo, penitencia, sacrificio. En definitiva, una vida de inmolación por las almas y, especialmente, por los sacerdotes, como quería santa Teresa. Amaba esa vida y esa Orden de la Virgen, la Orden que hunde sus raíces en el profeta Elías, santa Teresita, san Juan de la Cruz, que tantos santos ha dado a la Iglesia, como santa Teresita, el beato Francisco Palau i Quer, el apóstol de Ibiza, quien ha hecho mundialmente conocido el islote de Es Vedrá.
Nunca pensé que el final de mis días sería fuera del Carmelo. Había pasado por muchas tribulaciones. Seguí adelante, a pesar de todo, siempre con Dios. Por Él estaba ahí. Pero llegó un momento en que vi que mi alma estaba en muchísimo peligro y, tomando consejo de quien consideraba que era un alma santa, me vi obligada a salir del convento, después de veinte años en él, pasando a una asociación de fieles laicos, aprobada por una parte de la Iglesia. Se trata de la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores. Esta salida fue para mí extremadamente dolorosa. Sentí que mi vida había sido destruida. Hubo abuso de conciencia, de poder, emocional, psicológico, malos tratos, abuso de autoridad, control de mi correspondencia, escucha de mis confesiones, etc.
Hoy me encuentro de regreso en Ibiza donde ya llevo 7 años, tras vivir 32 años en total en la vida religiosa.
Ha sido duro porque ha supuesto un cambio muy drástico. Era especialmente vulnerable. Todo me era desconocido, desde el dinero, ya que cuando entré 32 años atrás, se funcionaba con pesetas y duros, pasando por las grabadoras que tuve que aprender a funcionar, los móviles, ordenadores, sola y todo a la vez. Además, tenía un fuerte estrés postraumático que no sabía cómo resolver, y no tenía medios para hacerlo. Dedicas tu vida a ayudar desinteresadamente, y luego no tienes ayuda.
Pero antes de llegar a Ibiza, tras el Carmelo, como digo más arribe, pasé a esta asociación benéfica donde cuidábamos a personas mayores. Ahí estuve 12 años, más otro año más ya en Ibiza, pero todavía ligado a ellos. Se repitió la misma historia que en el Carmelo. Salí de casa de Poncio para meterme en casa de Pilatos.
Se me aisló de todo el mundo. Vivía para trabajar, en condiciones muy duras. Me crearon problemas graves de salud llegando a vivir meses sin ver la luz del sol. La directora general llegó a prohibirme pensar. Era su propiedad y como tal actuaban.
La información que a ellos les interesaba que tuviera, de modo que mis contactos me fueron cortados, correspondencia sin llegar a mis manos. En los dos sitios donde he estado ha habido abusos de poder, de conciencia, sin normas morales, yendo contra los mandamientos de la Ley de Dios.
Había mobbing, bullying, trabajo como esclavas. En el carmelo había quien me estropeaba el trabajo de horas y horas, de modo que tenía que trabajar el doble. En el otro lado trabajábamos una media de 14 horas diarias, más turnos de noche que en verano era cada 4 días en mi caso, sin derecho a días de descanso. Controladas constantemente para que no nos escondiéramos para descansar por la extenuación. Luego nos hacían decir que nuestro trabajo era voluntario.
En los dos sitios se me escucharon las confesiones y se me atacaba ante todos por ellos, aduciendo que hablaba mal de ellos. No era así. Yo solo contaba unos hechos, el problema era de ellos si esos hechos no eran correctos, antes, por el contrario, eran inmorales y delictivos. Trataban de manipularnos diciendo que no habláramos de la asociación porque eso era destruirla. Yo replicaba que contar lo que pasaba, con el fin de que se corrigiera lo que estaba mal no era destruir la asociación. Quien destruía la asociación eran quienes actuaban mal. Además, sucedía que acumulaban millones en el banco quienes inicialmente no tenían nada, y quienes teníamos, además de no tener una remuneración, ni cotizar a la Seguridad Social, a pesar de que la Iglesia estableció que todos pudiéramos cotizar, como digo, además de toda esa esclavitud, nos despojaban de todos nuestros bienes en vida. En mi caso, me exigieron firmar un poder para todo, y así pudieron hacer una donación de mis bienes ante notario a mis espaldas, sin mi consentimiento y, por tanto, sin mi consentimiento ellos mismos han reconocido que pueden ir a la cárcel por este hecho.
Tengo pruebas. Si me pasa algo, están en posesión de varias personas, dentro y fuera del ámbito nacional, por lo que saldrán a la luz.
Se aprovechan de la buena fe de las personas, para en nombre de Dios y de la Virgen, desposeerlas de todos sus bienes, engañándolas, por lo que cualquier documento firmado en tales circunstancias se hace nulo, más cuando existe tortura, indefensión, secuestro, desposesión del DNI, etc., como fue mi caso desde el principio.
El mal avanza si el bien no actúa. Si callo tanto mal me hago cómplice. Siempre he dicho que he luchado y lucharé por ser la última a quien le pase esto. Tengo que darle muchas gracias a Dios y a la Virgen por seguir viva a pesar de todo. Ha habido hermanas que han intentado suicidarse y tantas cosas… no acabaría.
Mi salud quedó hecha trizas. Poco a poco voy recuperándome. Actualmente no tengo ninguna entrada de dinero. Hasta ese punto han llegado quienes me desposeyeron de todo mi patrimonio en Ibiza. Ellos buscan destruirme. Su modus operandi es machacar con gritos por horas cada día, durante años en mi caso. Todo para crear una depresión. Con ese romperte te llevan a un psiquiatra (en mi caso con amenazas). Pedí quedarme a solas, lo que supuso una fuerte regañina por parte de la doctora. Le expliqué que estaba en su consulta contra mi voluntad, le agradecí, pero no necesitaba de sus servicios. Solo hacía falta que no me hicieran la vida imposible. No quiso escucharme, presentándome un documento para que lo firmara, sin dejármelo leer antes. Me negué a firmarlo. Tuvo duras consecuencias. En días posteriores empecé a notar sabor extraño en mis comidas. Veía que lo único que querían y a lo único a lo que tenía derecho, era a estar drogada, como ya tenían a otras hermanas, las cuales vivían durmiendo día y noche, sin poder llevar una vida normal y me negaba a ello, por lo que empecé una huelga de hambre.
Todo ello está denunciado ante las altas autoridades de la Iglesia. También puse una querella criminal hace años. Saben todo, saben que lo que digo es verdad, pero a día de hoy todavía estoy esperando su actuación. Les he pedido también ayuda para poder recuperar todo lo que me han quitado, más mi trabajo, más todo lo que he perdido por no haber podido administrar mis bienes debidamente, más Seguridad Social más alquileres, más daños y perjuicios, que nunca podrán pagar tanto mal. Lo que pido me parece de justicia. Han querido destruirme, pero Dios puede más.
Nada ha prescrito, pues el mal, las consecuencias, siguen en el tiempo. Con la obediencia ciega manipulan. Hago un llamamiento a las personas que están en sitios semejantes a que se animen a dar el paso y no permitir que abusen de ellas y menos permitan que las tengan drogadas. Esto supone abrir puertas al maligno, aunque sean drogas lícitas.
Ya hay sitios y personas que están dispuestas a ayudar a quienes dan el paso de salir. Sé que cuesta dar ese paso, por esa indefensión aprendida, por ese miedo que no es de Dios que meten en las almas. Dios nos quiere libres para amarle. La esclavitud es del demonio. Y luego pretenden guiarnos en nombre de Dios. Creo que cambiaron el servicio de Dios por el servicio al poder y al dinero. ¿Dónde quedó el “mirad cómo se aman” y decían de los primeros cristianos? ¿Qué está pasando hoy en la Iglesia? No vale todo.
¡No tengáis miedo! ¡Al final el Inmaculado Corazón de María triunfará!